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En la última mitad de siglo XX, el aumento de los usos de la energía nuclear ha sido notable, así como los accidentes con la misma. Todo tiene su origen en las dos bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, durante la Segunda Guerra Mundial, aunque cabe igualmente mencionar el desastre de Chernóbil de 1986.

Nadie sabe muy bien el cómo o el porqué, pero en zonas afectadas por esta radiación acababa de nacer una nueva especie, los neohumanos. Exteriormente, los neohumanos (o al menos la mayoría de ellos) no se diferencian del resto de personas, pero todos poseen extrañas capacidades especiales totalmente fuera del alcance de una persona normal.

Desde hace varios años el número de neohumanos parece crecer exponencialmente y los humanos, temiendo lo que no comprenden, tratan de lograr una regulación y un control sobre los mismos. En esta situación han nacido tres grandes asociaciones. La Hermandad, la Corporación Magenta y Caléndula.

La Hermandad fue fundada por William Draken, cuyo objetivo era la unión de los neohumanos y su integración dentro de la sociedad como civiles normales y corrientes, a pesar de sus poderes. La Academia Draken es la principal tapadera de la Hermandad y en ella se ayuda a los jóvenes neohumanos a controlar sus poderes, además de recibir una educación de alto nivel gracias a la cual suelen estudiar posteriormente en la prestigiosa Universidad de Oxford.

Hace poco tiempo de la Hermandad se separó un grupo de neohumanos que no acababan de estar de acuerdo con los ideales de Draken. Aleksei Vasíliev huyó con algunos afines a él y fundo la organización de Caléndula que busca dominar el mundo gracias a sus poderes neohumanos.

Y por último está la misteriosa Corporación Magenta, que busca la captura, clasificación y exterminio de la mayoría de neohumanos, a los que consideran amenazas o simples armas de caer en sus manos.